entonces, las opciones son:
A) seguir haciendo corajes y andar de lambiscones para que se nos haga un "favor"
B) organizarnos y actuar en conjunto para que ejerzamos nuestros derechos.
de primera instancia, no debería de tratarse de una difícil selección. la dignidad y nuestros derechos no se crían en un ambiente falto de transparencia y rendición de cuentas; ya no digamos, carente de nuestra iniciativa.
de hecho, si anteriormente se fue reproduciendo un modelo autoritario, fue porque existían factores exógenos a la ciudadanía -tales como el terror, el hambre y la censura- que compelían a cada individuo por separado a optar por la dependencia a fuerza de tortillas.
hoy en día, sin embargo, no existen esos factores exógenos que prohiban la unidad ciudadana y el trabajo colectivo. antes bien, las nuevas tecnologías, aunadas a los derechos de libre expresión, asociación y participación, facilitan la organización ciudadana y la acción colectiva.
y con todo, no hemos visto un boom de iniciativas cívicas desde el reconocimiento efectivo de estos derechos.
y es que ya no existen los factores que desde afuera y desde arriba nos impedían nuestra organización y trabajo en conjunto; ahora solo somos nosotros mismos los que obstaculizamos nuestra unidad y colaboración. con nuestras divisiones, desconfianzas, apatías y totalismos.
no queremos trabajar con este; no podemos delegarle a esa; no queremos perder nuestro tiempo con esto; y sobretodo, no podemos estar en algo que no sea al 100% lo que cada uno de nosotros propone a cada rato.
pareciera que nos gustara hacer corajes en público y lamer botas a escondidas, porque con esa actitud nunca vamos a recuperar el mando de nuestro gobierno.
tenemos que reconocer que si no podemos establecer las reglas del hogar, no es porque no tengamos la llave: ningún gobernante nos está apuntando para robarnos, ningún representante nos está chantajeando para ausentarse, ningún servidor público fantasma "aviador" nos está torturando para seguir pasando a recoger su cheque.
los ratones están pasando a recoger los mendrugos a plena luz del día porque saben que no nos vamos a mover. y no es que les tengamos miedo, o carezcamos de repulsión por lo que hacen; es que vemos la cosa TAN complicada y a fin de cuenta es TAN fácil acostumbrarse, que lo dejamos pasar.
con esa complacencia nunca vamos a garantizar una mejor vida para nuestros hijos.
tenemos que entender que hay un mal mayor que nos une a todos: nuestra inacción. ya bien lo decía el libro de inlakesh: "podremos estar llenos de miedo, pero si no salimos a las calles, los criminales las van a tomar;" y bien, pues podremos estar inconformes, pero si no participamos en nuestro gobierno, los políticos solos seguramente nos lo van a cuidar.
y es que si en verdad queremos poner fin a la marginación, por ejemplo, pues tenemos que señalar constantemente dónde hay mayores necesidades, cuáles proyectos son los más indicados, y quiénes obtienen los mejores resultados. pero si no le queremos poner fin a la imaginación, por poner otro ejemplo, pues dejemos que nuestros gobernantes se ocupen de eso.
en fin, hay muchos modos de salir adelante aún sin deshacernos de nuestras complicaciones: si no podemos trabajar con este, pues hagámoslo en otro módulo o tomemos otro tema. si no podemos confiarle a esa, pues propongamos asesorar o auditar. si no creemos que nuestra participación pueda hacer una diferencia, pues al menos llenémos cuestionarios o aportemos algo. y si nos cuesta trabajo ser parte de algo que no es al 100% lo que proponemos a cada momento, pongámonos a pensar qué tanto por ciento estamos de acuerdo con las deficiencias administrativas y operativas de nuestros gobiernos actuales--o es que alguien ordenó un narcoaeropuerto?
a fin de cuentas a todos nos beneficia que nuestros servidores y representantes hagan un mejor trabajo, porque si la maestra enseña mejor, si el hospital atiende por las noches, si la basura es recogida a tiempo, si el policía se enfoca en hacer su labor de vigilancia, y si la alcaldesa trabaja con cuentas claras; entonces tendremos un municipio con más salud, mayor seguridad y más futuro.
pero no podemos esperar que de la benevolencia de la alcaldesa venga su rendición de cuentas; a esa le tenemos que exigir cuentas claras. no podemos esperar que de la caridad del policía parta su atención en la vigilancia; a ese le tenemos que decir por dónde tiene que pasar durante las noches y qué nos parece sospechoso o amenazante a cada momento. no podemos esperar que de la magnanimidad del encargado de intendencia vengan los recursos para la recolección de basura; a ese hay que apoyarlo condicionadamente o ver porque se le asigne un mayor presupuesto con objetivos más claros y mejores controles. no podemos esperar que la maestra enseñe mejor dejándolo todo en manos de su vocación; a esa tenemos que visitarla constantemente los padres y los hijos, para asegurarnos que lleve bien sus clases.
en resumen, no podemos dejarle la calle a los ladrones, los foros a los partidos, nuestro gobierno a nuestros gobernantes, las clases a la maestra, la recolección de basura al encargado de intendencia... todas estas son materias en las que nosotros mismos tenemos que tomar cartas en el asunto porque nuestra pasividad da más licencia que garantía. creo que más o menos ese es el mensaje de inlakesh; les recomiendo visitar la página y ver de qué modo participar.
domingo, 6 de marzo de 2011
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