quito es una ciudad de detalles--desafortunadamente los he olvidado todos con el tiempo. con todo, los acompaño a dar un tour por mi memoria para que se den una idea de lo mal que sa ha puesto mi choya y lo mucho que ha cambiado la capital del ecuador. en términos globales.
hace, digamos, medio año, el economist dedicó un recuadro a los esfuerzos del ayuntamiento quiteño para promocionar el turismo en uno de los dos, tres, centros históricos más grandes y mejor preservados de latinoamérica.
hace como un mes tuve el gusto de corroborar esos logros: visitar el centro de noche es uno de los tres o cuatro placeres más grandes que te puedes dar en la ciudad--la iluminación tornasol. el callejoneo. (sin cuidados.) la música de cada esquina. la sucesión de templos, palacios, mansiones, monumentos... las leyendas. oro macizo!
punto más por los logros en el centro turístico.
mi favorito? la compañía! un templo roco-salomónico en el que se conserva una pintura que condena al crujir de dientes eterno a los "bailarines deshonestos," los notarios y los abogados, como me hizo notar mi hermano.
no sé mucho de los notarios ni de los abogados del ecuador. lo que les puedo decir es que los bailarines deshonestos salen "de farra" a la mariscal, un barrio más chic y variado que la condesa, aunque no me acuerdo si por ahí se podían tomar los auténticos "cañazos" (bebida de alcohol puro disfrazado en jugo de caña hirviendo).
lástima que no todo sea "belleza" y diversión en quito. incluso mucho de lo "nuevo" es negativo (piénsese en el tráfico, la contaminación o los niveles de hacinamiento en la periferia). de lo "viejo" quito conserva la discriminación (étnica, por género, por orientación sexual), la marginación, la desigualdad, la desorganización, además de la criminalidad, la violencia, la corrupción, la impunidad, el débil estado de derecho, etc. que se pueden apreciar todavía en la ciudad de su preferencia de latinoamérica, claro, en diferentes doses y con las excepciones de un puñado de ciudades costarricenses, cubanas y uruguayas--que no conozco.
punto menos por el tiempo perdido.
con todo, mis expectativas para quito son netamente optimistas: el alza de los precios de los recursos naturales, cultivos y derivados que exporta el ecuador + la presión a la baja (por la creciente competencia, reproductibilidad y abundancia) de los precios de bienes de capital que este país importa por fin favorecerán en la balanza al ecuador. simultáneamente, la creciente democratización y educación de la sociedad hará que los recursos derivados de esta bonanza sean distribuidos más equitativamente, que exista menos inestabilidad social y que se puedan hacer compromisos más creíbles e incluyentes a largo plazo.
en fin, quiero recomendar los pantalones de otavalo del mercado de artesanías (no deberían de costar más de 6 dolores), aunque sus zampoñas no-profesionales no son mejores que las que se pueden conseguir en mercados colombianos por igual precio. también confieso que en veces se me antojan unas buenas empanadas de verde (mh!) y que todavía me acuerdo de los quimbolitos y las humitas (tamales esféricos y planos) con nostalgia de paso.
pd: a los que hagan escala en el aeropuerto de panamá: LLEVEN UN LIBRO O UNA REVISTA PARA TODO EL VIAJE (no hay una sola librería, puesto de revista ni de periódico en todo ese hub internacional).
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