los itzáes tenían una vida muy particular, pero ciertamente hay cosas que podemos aprender de su peculiar modo de administrar su cotidianeidad.
pienso que esta cultura fue especialmente exitosa en el modo de contener las presiones pujantes de la naturaleza humana que nos llevan a la destrucción.
no estoy ciego ante el hecho que fueron las guerras intestinas y los conflictos bélicos regionales lo que llevó a la ruina a la autonomía de esta comunidad, pero fue más bien gracias a sus métodos de sustentabilidad conflictiva interna, que pudieron sostener esta desgastante situación por cientos de años.
la reglamentación, la distribución, la extracción y la revitalización fueron a mi gusto los cuatro pilares de la fórmula mágica de la autocontención itzá, y a mi parecer es de vital importancia comprender el funcionamiento de estos métodos para fortalecer nuestras propias prácticas de prevención, mitigación y corrección de esos impulsos autodestructivos que a veces se pasean con descontrol por nuestra vida interior, laboral y comunitaria. echémosle un vistazo a esas buenas prácticas, que a fin de cuentas una materia en la que sabresalieron nuestros ancestros fue en la estoica autocontención:
1. REGLAMENTACION
a veces llegamos a pensar que es necesario tener un padre fundador como moisés, quetzalcóatl o gandhi para establecer las bases de una empresa exitosa. pero en realidad lo esencial es que se fijen reglas claras en lo que respecta la responsabilidad de cada miembro de la comunidad, el rumbo que la nave entera va a seguir, y la lista de cosas que nomás no se pueden hacer, con sus correspondientes consecuencias.
podremos ver serpientes emplumadas rematando los relieves de chichén itzá, pero una mirada al interior de esos relieves nos da una idea de la extensión de reglamentaciones que nomás no pudieron haber sido obra de kukulkán: la etiqueta de los jugadores de pelota, la dimensión exacta de una cabeza bien temperada, el método para extraer corazones... esta era una sociedad muy atenta al control de los detalles más superfluos de la vida diaria, y ello nos sugiere una fluidez y organicidad en cada uno de los eventos que tenían lugar en la extensión del poblado.
podemos desaprobar la meticulosidad o excentricidad de las reglamentaciones establecidas en esta comunidad, pero no por ello vamos a negar que para jugar bien un juego, los jugadores no tienen porqué ser extraordinarios, aunque las reglas sí tienen que ser claras. empecemos entonces por establecer reglas que reflejen lo que queramos, y después veamos cómo obtenerlo, pero sobretodo asegurémonos que todos conocen sus roles, el rumbo y sus limitaciones.
2. DISTRIBUCION
cuando caminamos por chichén itzá, lo primero que nos llama la atención es el orden: la posición de las construcciones, la simbólica cantidad de figuras en los relieves, la repetición de los motivos... este orden también se preservó porque se dividió exitosamente el poder en tantos grados y funciones que resultó imposible quebrarlo.
el gobierno, la religión, el ejército, el deporte, el arte y el comercio, eran diferentes esferas de poder que se ejercitaban en sitios separados y que no se podían dominar verticalmente (poder absoluto sobre una disciplina) ni horizontalmente (poder relativo sobre dos o más disciplinas) porque por un lado la competencia era siempre feroz y a muerte, y por otro las reglas del juego limitaban la mobilidad interdisciplinaria. la atención estaba en mantener el balance para evitar tanto la explosión como la exhaustión.
claramente es reprobable el hecho que la estratificación social, el castismo, y la perpetuación de los privilegios hayan jugado un papel tan importante en la estabilidad de la sociedad itzá; pero no por ello debemos perder de vista que gracias a la dilatación del poder no existió el caos que acompaña la incertidumbre, la desprotección relativa de las minorías y un margen de arbitrariedad a mayor escala.
3. EXTRACCION
los mayas eran tan listos como para ver el nuevo guante del emperador en la mano invisible. y es que en realidad no basta con establecer reglas claras y cultivar un sistema de contrapesos para que se mantenga la paz. a veces es necesario sacar de la cancha a los jugadores que puedan calentar los ánimos de todo el estadio.
con esto en mente, establecieron las reglas del juego de pelota de tal modo que los vencedores de este evento peligrosamente atlético, artístico y religioso tuvieran que perder la vida tan pronto como se coronaran campeones. y es que es impensable ver a los ídolos de todos los niños y el pueblo en general paseándose por las calles con un estatus superior al de los mismos sacerdotes; tarde que temprano el balón rodaría por los templos, y eso podría inquietar justificadamente al palacio de gobierno porque de menos un florero se podría quebrar.
este método de "ostracismo a una mejor vida" puede disgustar por su mesquindad preventiva, pero no por eso debemos suponer que no tuvo su elemento estabilizador cuando se aplicó hacia los generales de guerra.
efectivamente, ya conocemos todos la historia de la caída del imperio romano y no tenemos porqué ahondar en lo peligroso que es que un hombre tenga a su disposición un inquietante volumen de gente entrenada para matar. en definitiva, lo más que se podía hacer entonces era ofrecer un walhalla a quienes murieran en batalla, de modo que los mismos generales buscaran la muerte en el campo, ya que sería algo complicado desarmarlos ya entrados en el poblado después de una victoria.
era preferible entonces hacer que cada triunfo que acumulara el general sobreviviente restara su crédito ante el pueblo y su ejército, ya que cada retorno del campo de batalla demostraría la falta de favor de los dioses ante este infeliz mortal.
muy probablemente habían otros modos de "extraditar hacia el cielo" a quienes acumularan demasiada influencia para así sostener el balance de poderes y ultimadamente mantener la paz que garantiza la observación mínima de los derechos de los más vulnerables y que facilita las condiciones necesarias para poder crear y producir más oportunidades. indudablemente era muy radical el enfoque de los mayas, pero en todo caso no podemos asegurar que aquellos que pudieron haber sido gobernantes en vida estén peor ahorita que acompañan al sol.
REVITALIZACION
hay dos tipos de personas: las que creen que todo lo que cae, cae en el vacío; y las que piensan que lo que cae se desparrama por todo el piso, como astilla, o como semilla.
a los itzáes no se les escapaba el hecho que la eliminación de un peligroso cacique podría generar un vacío de poder aún más desestabilizador que el dominio de este. por eso en el juego de pelota se aseguraban de que quien decapitara al vencedor fuera su más cercano rival, aunque si somos sinceros lo más importante era que la sangre del campeón sacrificado chorreara copiosamente sobre cada uno de los jugadores de las canteras. y es que si lo vemos fríamente, está de más evitar que el nuevo líder pueda meter mano más allá de su huacal, cuando basta con garantizar que siempre que este empiece a salpicar hacia afuera de la alberca, ya cuente con nuevos retadores que lo puedan hundir de vuelta pero eso sí, sin mojar hacia afuera por favor.
y es que cualquier persona que se pasea por chichén itzá nota que no todo en ese mundo era muerte y destrucción, calaveras y sacrificios. también estaban las águilas que se comían los corazones y los jaguares que lamían la sangre. y sería muy injusto hacer un post sobre chichén itzá sin mencionar a los cuervos que se agasajaban con las pieles desholladas y los estoicos buitres que se alimentaban de las cabezas de los campeones como si se tratara de carne de mapache atropellado.
claramente los itzáes tenían un modo gengiskanesco de interpretar a la realización, aunque no por eso podemos ignorar que los mayan no daban paso sin huarache, pues si sacaban a alguien del juego era para que los refuerzos entraran con mayor vigor a mantener al sol girando para todos nosotros.
así es que no arriesgamos mucho si decimos que los mayas vivían en un estado de regeneración permanente, pero solo para mantener el balance. y podemos incluso aventurarnos a decir que gracias a ese equilibrio interno se facilitó la claridad de visión y el dinamismo que hizo de esta cultura una de las más innovadoras y sofisticadas de nuestro continente.
normativizando, repartiendo, previniendo y generando se fueron manteniendo vivas las oportunidades de crecimiento de los itzáes. ciertamente de tantas otras formas se abusó de la estructura o los modos de esta sociedad, lo que nos muestra que esta fórmula no garantiza el éxito o la perfección, pero nadie está para decir que trajo más llanto que paz a la comunidad itzá.
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