LA BARRANCA DE HUENTITÁN
es un basurero.
la foto panorámica diluye las bolsas de papitas y los restos de gatorade que pululan por toda la bajada y hasta te pueden hacer resbalar cuando ya llegas a la orilla del río.
LA COLA DE CABALLO
es una cascada de detergente con olor a aguas negras. una salsa con ingredientes extranjeros o ultramodernos que lleva espuma de hasta 80 centímetros de espesor con brillo maestro limpio y agua chocolatosa donde no se pescan más que bolsas de twinkie y botellas de la última variedad de la pepsi-cola--publicidad negativa o anuncio subliminal?
en fin, lo rescatable de la visita a la barranca de huentitán por la entrada del dr. atl es el reto que representa ascender una vía férrea con pendientes de hasta 70 grados (exagero). yo tuve que pararme a respirar cinco veces y hasta acabé tomando un atajo, pero alcancé a ver algunos escaladores (orgullo nacional) que se echaban la subida sin detenerse y hasta mero arriba.
aún así, no valen las vías el regreso--si quieres visitar la barranca, mejor date una vuelta por la de oblatos.
al menos la visita me dio 2 cosas para platicar:
la presa arcediano
la urgencia por que se realicen campañas de desbasurización y descontaminación del rico ecosistema de la barranca y de los hábitos de nuestros ciudadanos.
mañana seguimos con lo de las campañas. se nos hace tarde!
NO A LA PRESA ARCEDIANO
mientras se sigan cobrando en México precios irrisorios por el agua a las clases medias y altas de las zonas metropolitanas, se crearán incentivos perversos para, por una parte, descuidar el agua, y por otra, abrir presas (vistas por la colectividad como males necesarios dadas las precondiciones del mal fundamental antes mencionado) por donde quepan--sin miramientos ni a los ecosistemas ni a las poblaciones afectadas.
aquellos que protestan por la construcción de la presa sin ser afectados directamente, o siéndolo solo marginalmente, no ofrecen alternativas a la presa dada la cultura de la subvalorización del agua y la escasez de esta misma en las cercanías de la ciudad. argumentan que una culturización del ahorro del agua a niveles individuales, familiares y gubernamentales basta. no ven que esa culturización no es suficiente para cortar la creciente demanda de agua por una creciente sobrepoblación dados los precios distorcionantes de este bien vital, ni ven que el suministro de agua potable en las cercanías se agota y escasea invariablemente de si usamos más agua de lluvia o si nos bañamos apagándole a la regadera en intervalos.
de entre nuestros vecinos del norte, los que apoyan la "alternativa" de la culturización del ahorro de gasolina son precisamente las compañías petroleras y los grandes productores de autos ecosidas, porque estos saben que realmente no tienen mayores efectos estas campañas. a lo único que temen los petroleros de texas y las fábricas de detroit es al incremento en los impuestos a la gasolina para compensar y neutralizar externalidades negativas, fomentar una cultura del ahorro, castigar el despilfarro que daña desproporcionadamente a terceros, promover la eficiencia que nos beneficia comparativamente a todos, y diversificar el acceso a la renta económica petrolera.
POLÍTICA ACUÍFERA
una vía efectiva para cortar la demanda de agua, y limitarla o acercarla más al consumo de no más que el uso necesario de este bien vital, es aumentando progresivamente el costo del agua para quienes cuentan con los recursos y para quienes consumen más allá de lo necesario. la otra alternativa es la presa arcediano.
por un lado, se deben cobrar impuestos más progresivos (esto es, gradualmente más elevados para los cada vez más pudientes) por el consumo de cada X litros de agua. estamos dispuestos a subsidiar el consumo de agua a quienes no cuentan con los recursos para procurarse lo necesario, pero para esto no es necesario cobrarle a todos (ricos y pobres) prácticamente el mismo precio.
adicionalmente, se han de cobrar impuestos que sean de a deveras que progresivamente más elevados conforme el consumo del agua por persona por mes sobrepasa y se aleja del consumo "necesario." así, se irá cobrando exponencialmente más por cada 100 litros, 150 litros, 175 litros, 187.5 litros, y así sucesivamente, que estén por encima del consumo "necesario" de este bien vital en cada hogar.
estamos dispuestos a que se subsidie el consumo NECESARIO de agua a aquellos que no cuentan con los recursos suficientes para cubrir este gasto fundamental, pero no tenemos porqué promover el desperdicio del agua para lograr este objetivo.
el consumo NECESARIO de agua para los pobres seguiría siendo subsidiado con esta doble implementación; además de que el consumo de cualquiera (pobre o especialmente no-pobre) costaría cada vez más caro conforme más se alejara del consumo "justo y necesario" y se fuera conviertiendo gradualmente en mero lujo o descuido.
estas medidas darían incentivos reales para reportar fugas de agua o "desviaciones" de su suministro; además de que fomentarían una permanente y significativa cultura del ahorro de agua, así como el aprovechamiento de aguas inframarginales (tales como el agua de lluvia y las aguas tratadas); adicionalmente, evitarían la apertura de ciertas presas, tales como arcediano.
estas medidas dolerían a las clases medias y molestarían a las medias altas y altas; además de que harían ponerse al brinco a los adeptos al desperdicio de agua (pobres y no-pobres por igual). pero el beneficio de la sustentabilidad del desarrollo sería infinitamente agradecido tanto por generaciones futuras y menores de edad (cuyos intereses supremos siempre son discriminados), como por mayorías silenciosas (los ciudadanos que acabamos financiando indirectamente el desperdicio de otros) y minorías doblegadas (los habitantes de poblaciones que se ven afectados directa e indirectamente por la construcción de nuevas presas).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario