lunes, 15 de noviembre de 2010

una agenda ciudadana para bcs 4

los ejidatarios ausentes, ahora desterrados, celebraron esa misma noche una junta de consejo para tratar el tema de la posesión de sus tierras y el manejo de sus bienes, ambos cautivados, pero sin alevosía, por sus servidores y representantes.

el primero en hablar fue don Tlamatilo, que después de las formalidades y los localismos, hizo un breve resumen de la situación y abrió a debate las medidas a tomarse.

como era de esperarse, la primera propuesta fue recuperar la posesión de la tierra y el control de los bienes por la vía de la violencia. esta propuesta no tuvo mayor ahondamiento pero ciertamente contó con varios gritos de apoyo. de hecho don Tlamatilo en persona tuvo que detener en la puerta a un grupúsculo armado de machetes y antorchas para pedirles que esperaran hasta oír todas las propuestas, y entonces sí, deliberar en conjunto y ejecutar las medidas que se acuerden.

nuestros valientes insurgentes retomaron sus asientos de mala gana, y de la pura distracción y el coraje, se perdieron la siguiente ponencia, que en todo caso no aportaba realmente nada. simplemente se proponía votar por oootro administrador; uno más bien pío y honorable.

pero esto solamente levantó gran debate, porque otros propusieron a su candidato, que sería bravo y tenaz, e inclusive alguno se propuso a sí mismo, que se describía como honorable y trabajador.

don Tlamatilo tuvo que poner orden. les recordó a sus compañeros que ahora lo que estaban viendo era a qué medios recurrir; más adelante estudiarían quiénes se ocuparían de qué cosas.

"por lo pronto," dijo, "contamos con dos alternativas: imponer por la fuerza un orden que no se ha discutido, y cambiar el personal de una administración cuyo funcionamiento no se ha analizado. quienes tengan otras propuestas, pueden compartirlas ahora."

desde este momento, fue muy grato ver a los ejidatarios desterrados compartir sus perspectivas y proponer sus soluciones en completo orden y absoluto respeto, si no hemos de tomar en cuenta los casuales bostezos y los inevitables chascarrillos.

que yo recuerde, se habló de ofrecer aumentos a los servidores para garantizar una mayor lealtad, votar unánimemente por un administrador con facultades extraordinarias, acordar con los ocupantes algún tipo de pacto de mutuo beneficio partiendo desde el status quo, modificar algunos puntos en la papelería, y así de variada y polémica la cosa.

en realidad ninguna de las subsecuentes ponencias obtuvo mayor apoyo que las primeras, pero ciertamente ayudaron a que los ejidatarios sin tierra comprendieran la complejidad de la situación y apreciaran la pluralidad de sus opiniones.

más o menos en este ambiente, la joven Altepe se animó a tomar la palabra por primera vez. después de una introducción sin pormayores que más bien le sirvió para sacudirse los nervios y acordarse de lo que quería expresar, comenzó a explicarnos porqué creía que las medidas propuestas no eran suficientes:

"...sé que, en los libros de historia y en los corridos, los que portan las armas son bien vistos, sobretodo si resultan vencedores, pero A MI quién me garantiza que los que tomen la tierra por la fuerza van a responderme mejor que los que la tomaron por la astucia? me dicen entonces que hay que erradicar la corrupción y el abuso sustituyendo el personal; pero si solamente cambiamos el personal, y dejamos todo lo demás igual, entonces solamente estaremos cambiandole los ratones al hoyo..."

en eso se levantó un ejidatario que se andaba candidateando y dijo: "claro, lo que hace falta es que el administrador sea todavía más fuerte que el resto de los servidores para que pueda imponer lo que le conviene al ejido." ante esta improvisto, Altepe contestó muy desordenadamente y con mayor consciencia de no ofender: "el administrador siempre puede hacerse de mayor legitimidad respondiendo más constante y atentamente a las instrucciones de los ejidatarios, a quienes debe su cargo, ya de por sí pleno de responsabilidades y poderes como para agregar más tareas o concentrar más responsabilidades en una misma instancia..."

a estas alturas Altepe había perdido el hilo y estaba a punto de sentarse cuando se dio cuenta de que en realidad no había aportado nada, así es que, nada más como un gesto, agregó lo primero que le vino en mente:

"esas tierras no nos las quitaron ni por la fuerza ni por un cambio de administración.

"y ahora no nos las van a devolver meramente firmando un nuevo contrato que reconozca nuestra propiedad--en el ejido méxico bicentenario, por ejemplo, la tierra todavía es nominalmente de los ejidatarios, y los administradores siempre hablan en público como si esta fuera en efecto de los ejidatarios; pero en el día a día, los administradores usan la tierra como si fuera suya, y los ejidatarios la ven funcionar como si fuera ajena y sin esperar nada de ella.

"en realidad las tierras las perdimos por negligencia, desorganización y exceso de confianza.

"y ahora no basta con conquistar una palabra en un papel o una asignación en un puesto, porque eso no va a cambiar el hecho de que estemos muy fuera de nuestras tierras y que no participemos más que pasivamente en el trabajo de estas.

"tenemos que regresar a nuestras tierras para dirigir el trabajo y comandar la obra del día a día; de otro modo seremos siempre propietarios ausentes a los que no les llegan las mazorcas y sólo les llevan las facturas.

"con esto no quiero decir que haga falta hacer a un lado a nuestros servidores; solo tenemos que comandarlos de más cerca, más seguido; desde antes de que empiece el día de trabajo, durante toda la jornada, hasta que nos entreguen nuestro equipo y fruto al final del día..."

la verdad es que la joven Altepe se aferró a la palabra por más tiempo del que cualquiera podría retener o tolerar, y poco a poco fueron desalojando el recinto los ejidatarios, no tanto por falta de respeto o desilusión, sino porque cayeron en cuenta que la recuperación de sus tierras sería un proceso muy largo que requeriría de atención diaria, y ciertamente no estaban listos para algo así, esa noche.

2 comentarios:

Aura Alicia Bravo Hernández dijo...

Con todo respeto y en mi muy personal opinión me parece que las agendas ciudadanas para bcs 3 y 4 son muy pesadas cuando las escribes tipo Catón; creo que pierde cierta estructura y se opaca el mensaje.

fdo dijo...

jajaja tipo catón. yo lo veo más bien tipo platón, te enjareta derrepente una parábola para explicar su rollo