lunes, 7 de febrero de 2011

estamos financiando una partidocracia, no una democracia

ustedes creen que méxico tiene una democracia 18 veces mejor que la del resto de los países de latinoamérica?

sin duda alguna; no por nada nos hemos esmerado en asignar a nuestros partidos 17.24 dólares por votante, mientras que en países menos democráticos, como brasil, solo se les asignan 29 centavos de dólar por votante--cada año.

29 centavos de dolar! pero con qué esperan los cariocas que sus candidatos compren votos? y en suma, así cómo van a amarrar los partidos a SUS clientes?

está muy claro que esa es una absoluta irresponsabilidad; de seguro los votantes brasileños han de estar 57 veces menos enterados de las propuestas de sus candidatos--y vaya que aquí no están tan enterados, lo que demuestra que ni siquiera nosotros estamos asignando suficientes recursos a nuestros partidos.

a fin de cuentas, es de esperarse que con esa miseria que invierten en su democracia, esos brasileños terminen eligiendo a un lidercito de talla mundial, como el tal lula; mientras que nosotros podemos costear no solo uno, sino dos presidentazos, gracias a nuestro sofisticado sistema de elección legítima.
en algo se tenía que reflejar la diferencia.

pero si lo vemos más de cerca, la diferencia no se refleja tanto a nuestro favor cuanto al de nuestros singulares partidos. o a poco pensamos que el votante mexicano puede distinguir 57 veces mejor que un carioca el nombre de su diputado?

no. la diferencia abismal entre lo que asignamos a nuestros partidos (un promedio de 17.24 dólares por votante) y lo que el resto de los países de latinoamérica les asignan (entre 0.30 y 3 dólares por votante) no se refleja en una mejor calidad o cobertura de la información que nos reportan; aunque sí es cierto que los spots de sudamérica dan más risa, mientras que los de méxico solo provocan enfado.

de ahí en fuera, hay que buscar en el tonelaje de contaminación, basura y desperdicio que generan los partidos durante sus campañas, para encontrar el uso más admisible de nuestros recursos; porque el resto lo emplean para comprar votos y embolsarse las sobras.

de veras que... cómo rinde cuentas un operador de campaña a su jefe de partido? "esto fue lo que metimos en 900,000 cartelones, esto otro fue para comprar 30,000 votos, y esto--es para usted patrón." "muy bien godines, quédate con esta parte, pero la siguiente mejor impriman en un plástico más barato porque eso de informar a la gente nos está ocupando mucho recurso."

en lo personal, considero que es un grave error convertir a un partido político en una potencia económica, ya que esto no solo daña al medio ambiente sino que también distrae la atención y prioritización tanto de partidos como de candidatos, además de que crea ocasiones y tentaciones innecesarias, pervierte a nuestra infante democracia, y eleva los niveles de corrupción.

adicionalmente, pienso que podemos hacer un mejor uso de los sobrados recursos que actualmente les asignamos a los partidos para que estos nos informen; una nueva escuela representa una mayor inversión en nuestra democracia que llenar cien avenidas de cartelones que no muestran más que la carota sonriente de un consumado delincuente electoral con el invariable lema de SI CUMPLE en lugar de SE BUSCA.

finalmente, pienso que no es tan difícil recortar abrupta y significativamente el tributo que le rendimos a nuestros partidos, porque la gente está fastidiada del uso que estos hacen con los recursos que se les asignan, y porque se ha vuelto tan impopular nuestra clase política, que cualquier iniciativa ciudadana para reasignar, rerregular y condicionar la distribución de nuestros recursos a los partidos políticos, va a ser vista como una liberación de un peso innecesario y oneroso; el de mantener a nuestra partidocracia, que es muy diferente a financiar nuestra democracia.

y es que el estado de las cosas está TAN MAL, que recortar los recursos y acotar el poder económico de nuestros partidos terminaría por fortalecer, no debilitar, a nuestra democracia.

y sin embargo, la ley está tan torcida que nuestros partidos políticos van a recibir MAS recursos, no menos recursos, con el paso del tiempo; ya que a estos les rendimos tributo no en base a los servicios informativos que ellos nos generan, sino en base al crecimiento de nuestro padrón electoral.

pero no hay que ser tan sesgados, la nueva ley electoral también tiene sus pros. por ejemplo, si durante estas elecciones a un partido solo le alcanzó para comprar 500 votos, en las que vendrán va a poder comprar unos 200 más; esperemos que así ningún otro elector se quede con las ganas de ejercer ese derecho de vender su voto como si fueran garnachas.

el otro día, por ejemplo, me expresó un conocido que estaba algo agüitado porque no llegó a tiempo a la repartición de un conocido candidato; se encontraba especialmente chípil porque la vez que pasaron casa por casa los repartidores de otro destacado candidato, tampoco lo visitaron. y el grado de perversión es tal, que no han de ser pocos los que se ofendan si se les ofrece una tostadora a cambio de su voto--señor candidato, el voto ya no vale menos de $300.00 en baja california sur...

si uno acaba viendo con nostalgia y hasta ternura los tiempos en que se compraban los votos con despensas y piezas de vestir, es porque, en efecto, estamos viendo una degradación del mismo votante, que ahora quiere para las siguientes elecciones un ipod a cambio de su voto.

esta espiral de la perversión del sistema electoral no va a desaparecer con más regulación y mayor apoyo burocrático. actualmente existen los instrumentos para prevenir y castigar las practicas consuetudinarias de nuestros nobles candidatos e ilustres partidos.

me decía una conocida que la solución a la sobresaturación de cartelones en las vías principales era establecer una norma de acuerdo a la cual no se podría colocar el mismo cartelón a una distancia menor de 50 metros entre cada cartelón del mismo partido. para qué complicamos las cosas? recortando el presupuesto de los partidos vamos a ver un mayor ahorro en la colocación de cartelones.

alguna otra persona me ilustraba un método más sofisticado, que involucraba cámaras y cateos, para disminuir la incidencia de la compra-venta de votos. pero en realidad, el mejor modo para disminuir el poder de compra de elecciones de nuestros partidos y candidatos es dejándoles de proporcionar el abrumador recurso con el que compran esos votos.

podrán decirme que, para reducir el robo de los recursos asignados a los partidos, no hace falta más que cortar cabezas y fomentar la elección o formación de líderes virtuosos. lo que yo les propongo es que recortemos ese sobrado recurso que asignamos a nuestros partidos para que no exista la ocasión de embolsarse ese residuo.

pongámonos a pensar: hasta las elecciones del 2006, los partidos ocupaban alrededor de la mitad de sus recursos para comprar tiempos aire en la televisión y el radio. ahora no tienen que preocuparse por la mitad de sus ingresos anuales porque ese tiempo aire se los proporcionamos gratuitamente, en especie. podemos entonces comenzar por recortar a la mitad los recursos que asignamos a nuestros partidos.

esta medida apenas y reduciría a 8.62 dólares por votante el ingreso anual que estarían recibiendo los partidos; lo que nos seguiría posicionando como el país más dadivoso de latinoamérica para con sus partidos.

otra medida que se puede tomar para disminuir la corrupción electoral y el clientilismo económico que parte de nuestros partidos, consiste en eliminar el recurso FINANCIERO que se asigna a cada partido para que estos generen su material de campaña. el mismo recurso FINANCIERO bien puede ser reasignado directamente al instituto estatal electoral de cada entidad para que sea éste quien mande a hacer bajo pedido de los partidos las diferentes impresiones y estampados de cartelones, camisas, gorras, etc.

de este modo, los partidos no dejarían de recibir el recurso asignado; simplemente este les llegaría EN ESPECIE para así evitar la ocasión de que exista un mal manejo por parte de los partidos.

adicionalmente, la selección de proveedores de aquellos bienes y servicios podría ser hecha con menor apego a la afiliación partidista o la colusión de estos. además de que contaríamos con una mayor transparencia, ya que los institutos ciudadanos rinden cuentas a la ciudadanía, mientras que los partidos, y bien lo sabe daddy yankee, "no les rinden cuentas a nadie."

hará falta tomar muchas otras medidas para hacer que nuestros actuales gastos electorales se conviertan en verdaderos financiamientos de nuestra democracia. lo positivo de esta experiencia es que hemos aprendido que, cualquier cosa que hagamos, deberemos de dejar el mínimo de ocasiones a nuestros partidos, y exigirles al máximo cuentas claras y procesos limpios.

No hay comentarios: