sábado, 26 de febrero de 2011

una agenda ciudadana para bcs 6

nuestros servicios públicos son de mala calidad y a nuestros recursos se les da un mal uso, cuando no desaparecen. si nos tapamos los ojos, eso no va a cambiar. si nos hacemos locos, eso puede hasta empeorar.

está muy claro que hay que actuar, pero lo que no nos queda muy claro es cómo hacerle.

de repente lo queremos hacer todo a la vez. nos exigimos tiempo, capacidades y recursos con los que no contamos. y terminamos abatidos porque no se logró ni siquiera comenzar.

otras veces lo tratamos de hacer todo nosotros solos, porque nos cuesta mucho trabajo alcanzar consensos, lograr una cierta organización y dar seguimiento en conjunto. y terminamos así con un número de iniciativas aisladas, sin mayor impacto, e inclusive con conflictos interasociativos que disminuyen la efectividad del trabajo bueno y bien dirigido de cada una de estas, por mínimo que este sea.

tenemos que entender que los problemas con los que estamos tratando no aparecieron de la noche a la mañana. estamos hablando de malos hábitos que se fueron enraizando día a día en el modo en que funciona nuestra sociedad, y que ahora se han vuelto costumbres cotidianas y prácticamente derechos incuestionables de nuestros servidores públicos en todo menos en papel.

para ir perdiendo estos malos hábitos de una buena vez, tenemos que irnos mentalizando que este puede ser un proceso que tome tiempo; y por lo mismo, conviene irse haciendo de la idea que muy probablemente no va a bastar con un gran esfuerzo de días o meses, sino que se va a requerir de un trabajo a largo plazo. un esfuerzo permanente, pues.

también conviene tomar en consideración que los recursos con los que se cuenta para lograr avances y resultados en estos aspectos (apoyo de la ciudadanía, capacidades organizativas, tiempo de los participantes, etc.) pueden ser más bien limitados, y que es probable que su impacto no sea inmediato y definitorio. por lo mismo, ocurre hacer una planeación en base a los recursos con los que se arranca en cada caso, con miras a garantizar el mayor crecimiento dadas las condiciones existentes.

finalmente, nunca hay que perder de vista que estamos hablando de una estructura y un mecanismo de privilegios que benefician a intereses creados, y que estos no van a renunciar a lo que ven como sus usos y costumbres en los mejores casos, o derechos en los peores, de su propia iniciativa o por mera benevolencia.

tenemos que tomar en cuenta que si estos intereses creados se están beneficiando de esta situación, es porque su unidad se impone a la división de la ciudadanía. sus redes de colusión aplastan a la desorganización ciudadana. el peso de sus puestos se impone a la carente voz y participación de los votantes.

ciertamente por esto es que se requiere del trabajo de una organización civil con amplias bases y marcado apoyo ciudadano, que pueda funcionar como contrapeso a los intereses creados, sus redes de colusión y tropas clientelares. de otro modo, cualquier esfuerzo terminará en palabras, números, papeles y compromisos; porque la ejecución de cualquier reforma o medida correctiva, ya no digamos preventiva, será frenada por la armada de cautivadores de nuestros bienes públicos.

lo más conveniente es entonces trabajar en formar una asociación de ciudadanos de todos los sectores de la sociedad, y de cualquier ideología que quepa en la imaginación, que compartan el objetivo común de hacer que el trabajo de nuestros servidores públicos sea más eficiente, y por supuesto, el de evitar abusos, marginaciones, desperdicios y robos.

de este modo podremos ver porque los recursos que estamos invirtiendo mancomunadamente en generar salud, educación, trabajo y seguridad, transporte y comunicación, techo, abrigo y sustento, no terminen por generar corrupción y marginación, despilfarros, proselitismo, división, privilegios y rapiña.

a fin de cuentas, si queremos cada uno y por separado exigir nuestros derechos y hacer cumplir las obligaciones de nuestros servidores públicos, nos vamos a topar con la previsible respuesta de toda una corporación que legitima su derecho en lo enraizado de sus abusos y la desorganización de la ciudadanía. ahora, que si lo hacemos juntos, no les va a quedar otro argumento más que el de preservar una tradición que no tenemos el interés de mantener y que solo nos provoca molestias; qué razón tenías, tío karl.

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