domingo, 11 de enero de 2009

altavista, zacatecas

la zona arqueológico de chalchihuites (del nahuatl "piedra verde") está conformada por el triángulo que comprenden las ruinas de altavista, el picacho petón al oeste, el cerro pedregoso al noroeste y el cerro del chapín al sur. en base a la orientación astronómica del complejo se ha llegado a sugerir que este es un asentamiento ceremonial teotihuacano y seguramente habrá quien diga que el estilo y material de las construcciones denotan la presencia de los proto-indios pueblo de arizona y nuevo méxico.



a mi modo de ver, lo menos arriesgado es plantear que este es un asentamiento de una cultura autóctona que tuvo un rico intercambio de ideas tanto con las gentes del norte, de quienes obtenían turquesa, como las del sur, a quienes proveían de esmeralda y turquesa. esto no excluye que los teotihuacanos, ávidos de minerales, control de rutas comerciales y posicionamiento cósmico sobre el trópico de cáncer, hayan ocupado chalchihuites, como lo hicieron con muchas otras sedes de tantas otras culturas. pero el querer ver a chalchihuites como una fortaleza de contención teotihuacana resta la importancia de los locales, cuyas finas y originales cerámicas y esculturas sugieren un elevado desarrollo nativo.

el museo de altavista alberga obras de sumo interés y con un estilo de mucho carácter. la serie chalchihuites que estoy preparando está inspirada en el diseño de las figurillas de piedra y los moldes plasmados en vasijas que juzgué expresaban mayor autenticidad y gracia y ahí tendré la oportunidad de hablar del estilo chalchihuites.

la verdad es que ya pasó un tiempo desde que visité el lugar y perdí la memoria de los detalles, además de que no arribo a conectarme con el entusiasmo de las primeras impresiones. todo lo que me queda son estas notas de viajero sobre las que voy a elaborar a continuación:

a la entrada del museo hay un mapa que identifica las zonas arqueológicas del zape, la ferrería y altavista como territorio chalchihuites (ya no recuerdo si se hablaba de una cultura autóctona que era identificada por sus piedras preciosas o de meras zonas mineras de las que se extraía o en donde se obtenía la tan preciada piedra verde). lo que me quedó bien claro es que este territorio está separado de la ciudadela de la quemada (ver aquí) por el trópico de cáncer al sur.

han de haber sido culturas muy diferentes a juzgar por sus estilos arquitectónicos: la quemada aspira a la monumentalidad colosal teotihuacana; a la permanencia y la expansión de los imperios; a la rigidez e inmobilidad social y cultural de las civilizaciones ávidas de poder y sus caudillos codiciosos de control.



altavista en cambio anhela el flujo del aire y el acceso de la luz. esas construcciones erosionables y rústicas son el trabajo de hombres libres que no buscaban la elevación de sus edificios porque nadie estaba dispuesto a vivir bajo la sombra de la residencia u oficina de cualquier otro. para qué iban a sacrificar su libertad por darse a la disciplina de la guerra de conquista y ocupación cuando podían aflorar su libertad en la música, la poesía, el atletismo y todas esas actividades ligeras de las que no tenemos registro? para qué se darían a cultivar la malicia y el engaño en la grilla cuando podían cultivar su independencia y espíritu fuera de la ciudadela a cualquier tiempo que apremiara la caza o la meditación?

estoy exagerando las virtudes de los chalchihuiltecas, claro, aunque el reconocimiento que voy a hacer de la hospitalidad de los empleados del museo se va a quedar corto. del guardia uno puede aprender que el cerro chapín, donde se encuentran los restos de una fortaleza, es actualmente propiedad privada. tal parece que en ese sitio, ubicado a unos 7 km de altavista, hay una pirámide, muros extensos y petroglifos.

caramba! se están gastando miles de millones en una guerra cotra el narco y no se pueden invertir unos cientos de miles en comprar ese predio y promocionar tours por la fortaleza del cerro chapín, la ciudadela de altavista, las minas prehispánicas del picacho petón, donde todavía se puede encontrar esmeralda (la piedra verde o "chalchihuitl" que da nombre a la zona), y el parque ecológico del cerro pedregón.

nos involucramos en luchas contra la corrupción, guerras contra el narco, medidas antisecuestro, y no nos damos a la tarea de simplemente crear empleos decentes para esos jóvenes. el negacionismo no crea trabajos; el negacionismo no cubre necesidades--el mejor modo de combatir al narco es afirmar los derechos al empleo digno y la cobertura de necesidades básicas de cada uno de los ciudadanos. elijamos un gobierno que adopte un enfoque de derechos y aplique políticas afirmativas y proactivas y veremos si la consecuente sensación de rumbo no reorienta a la juventud.



pero ya que estamos tan salidos del tema, dejemos el museo y aproximémosnos a la ciudadela. lo más cerca que nos pueda traer la memoria... la construcción se ve tan gastada y agrietada. de acuerdo al guardia hospitalario, se había utilizado riolita y calichi (cal) para levantarla--piedras areniscas sedimentarias sumamente frágiles y erosionables, como el canto rodado y la piedra de arrozo (?) que se encuentran a 2 km del lugar.

yo no tengo idea de la geología pero me consta que en esta zona minera han de haber existido materiales de construcción más sólidos a una distancia no mucho mayor. la razón por la que no se usó piedra más "ambiciosa" para la construcción no fue por flojera, falta de organización o gente; los chalchihuiltecas simplemente no estaban interesados en construir como los esclavos ni yo estoy tan entusiasmado para contarles el resto de la historia.

quieren saber cómo suena el viento mientras se pone el sol sobre el cerro de las esmeraldas? fotografiar la suave geometría de las sombras al compás de la música compuesta por la banda del guardia de museos más alegre? admirar los petroglifos en el cerro después de engullir unas gorditas de cueritos bajo un árbol? pues visiten chalchihuites--no importa qué tanto me fustiguen, yo no les bajaré esas piedras!

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