viernes, 5 de diciembre de 2008

consolaciones amorosas

siempre es mejor creer que si algo en tu vida está mal es porque algo te salió mal o algo en ti está mal. de este modo siempre estarás haciendo mayores esfuerzos por superarte. precisamente por esto mismo no conviene creer que si te va bien en algo es por tu mérito o el de tus cualidades--de ese parecer no puede derivar más que orgullo, conformismo y yerro.

en cuestiones amorosas, sin embargo, el culparse por los infortunios puede ser contraproducente, pues si bien esto puede generar mayor superación personal, también se puede dar el caso en que la situación no cambie y la pena nunca termine. y esto es precisamente porque el azar es más viejo que cupido.

puedes pensar que el que busques una pareja o no la busques hace una diferencia. sin embargo, si el destino te colocó en el medio del desierto, la verdad es que no importa qué tantos esfuerzos hagas por encontrar una heliconia colgante o cualquier otra flor tropical; lo cierto es que vas a obtener el mismo éxito que si nunca te hubieras emprendido esa tarea--y ciertamente vas a haber pasado más angustias.

se sigue de aquí que tienes que ajustarte a los caprichos del destino? que tienes que conformarte con la primera flor desértica con que te topes o aspirar a la reina de las flores posibles en ese entorno, la rosa?

no quiero culpar al realista de conformismo, ni forzar un falso conflicto entre estar acompañado y seguir buscando el amor, pero mi parecer es que, en las cosas del amor, la causa perdida del que busca o no busca sin cambiar su elaborado y decidido objetivo ni ajustarse a las circunstancias para obtener lo más próximo a ello--la constancia, autenticidad y perseverancia que esto implica, digo, vale el gran amor que no se pueda encontrar o que se halle hasta el final, quizás porque ese es, al final, el amor... desde el comienzo. desde antes del comienzo--independientemente de si tiene lugar.

así es que no te sientas abatido porque no se ha materializado tu amor. tu amor está ahí--en su búsqueda. si no puedes encontrar consuelo en su persona, lo puedes hallar en tu constancia, en tu perseverancia, en la preservación y el cultivo de la identidad de tu ser amatorio con tus ideales y acciones.

y volviendo a nuestras primeras palabras, si no encuentras suficiente consuelo y motivación en los esfuerzos que has hecho por hacer realidad ese gran amor, es porque no has estado amando lo suficiente.
nunca se yerra amando más, aún si se trata de un amor muerto, lejano o inexistente.

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