lunes, 16 de junio de 2008

fomento de organizaciones vecinales

la falta de organización de vecinos representa una oportunidad perdida para que estos ahorren recursos, se ejerciten en la democracia y tengan una mejor calidad de vida en el hogar y en la comunidad. además, esta carencia de organización es uno de los reforzadores de las malas condiciones de vivienda de muchos de los habitantes de casas grandes compartidas y edificios parcelados.

voy a ilustrar la dimensión del problema con una anécdota:

en el centro de guadalajara se rentan casas antiguas de hasta 10 cuartos--individualmente. una de estas casas cuenta con baño comunal, cocina comunal y hasta refri comunal. esto no es poco común en esta zona. como muchas otras casas de este tipo, esta es habitada por trabajadores, estudiantes y artistas. gente que, como el común denominador, respeta a su prójimo y se dedica a lo suyo sin buscarse problemas con sus compañeros de viaje.

en fin, como en la mayoría de estas casas existe una comunicación en los peores de los casos respetuosa, y en los mejores, calurosa; sin embargo, este intercambio nunca se capitaliza en la formación de asambleas de vecinos que busquen evitar o al menos solucionar los problemas de vivir en un espacio compartido, con instrumentos compartidos.

las consecuencias de la combinación de vivir en comunidad sin organizarse son obvias: la comida desaparece de los refrigeradores; nadie recoje la basura y todos dejan en manos de otro (nadie) SU basura; los baños carecen de aseo adecuado; los utensilios de cocina comunales se acumulan en el lavabo sin que nadie se haga responsable de ellos; etc.
total, la tragedia de los comunes.

como resultado de esta falta de organización, cada uno de los inquilinos acaba gastando más de lo que desembolsaría si existiese una organización vecinal efectiva que anticipase este comportamiento y que corrigiese negligencias y abusos:

- los inquilinos acaban comprando un servi-bar para mantener su comida protegida en su cuarto, y esto, recordemos, deja al refrigerador comunal en subuso y gasta MUCHA más electricidad.

- cucarachas, roedores, moscas y demás fauna indeseable hacen su agosto en los basureros y baños y propagan sus huevos por cada rincón, por cada cuarto; forzando a los inquilinos a redoblar los esfuerzos para mantener limpios cada uno de sus cuartos, gastándose así más agua y desperdiciando más de su tiempo que la que se usaría y el que se invertiría si se turnaran el barrer, trapear, limpiar y sacar la basura.

- algunos inquilinos salen del lugar de aseo con nuevos hongos en los pies, por ejemplo, y ciertamente el combatirlos es más molesto y caro que tomar el turno de limpiar el baño, sobretodo cuando este está bien cuidado, por el respeto mutuo y la frecuencia del aseo.

- en fin, cada inquilino acaba comprando su propio detergente para lavar los platos, utensilios y cubiertos, por mera falta de comunicación, confianza y organización; el detergente acaba saliendo más caro por cabeza y muchos platos son dejados sin lavar o medio-lavados por aquellos vecinos que olvidaron su detergente o que de plano no lo compraron; etc.

el punto es que la falta de organización sale cara.

cualquier fundamentalista de mercado nos recetaría la privatización para solucionar este tipo de problemas; cualquier fundamentalista del estado nos recetaría espías, cámaras y más burocracia. yo insisto en que la organización efectiva, reglas claras, algo de confianza y mucha comunicación son una solución alterna, viable y durable.
mañana platicaré de una alternativa que convendría a los inquilinos, los rentistas y al mismo gobierno.

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