jueves, 10 de enero de 2008

campaña de embellecimiento del df

ahorita no estoy de humor para pláticas substanciales. no voy a hablar de planificación urbana sino de mera ornamentación en aceras, parques y muros.

este proceso no requeriría de gran costo en desarrollo, aunque sí algo en investigación, pues la idea sería la de inspirarse en los motivos de la antigua tenochtitlán para actualizarlos a la cotidianidad de nuestra era posmoderna. me voy a limitar a dar un ejemplo de embellecimiento estático y otro de embellecimiento dinámico como ilustraciones de este proceso de adopción creativa.

- se sigue desperdiciando el dinero en semáforos peatonales con íconos de la occidentalidad cincuentera por los cuales pagamos regalías, cuando bien podrían nuestros semáforos peatonales adquirir un valor turístico y fomentar la cultura local si los "monitos" fueran delineados a la moda del diseño náhuatl--de trazo simple como los de los diseños existentes, aunque adicionalmente lleno de carácter y gracia.

- tanto nos gustaban las flores! desde los cincuentas, los tapatíos le han estado echando más ganas y coco a embellecer su ciudad con ellas, mientras que el chilango promedio no reconoce más de cinco flores. un modo dinámico de recuperar la sana tradición de ornamentar la ciudad y la vida con flores, además de ser un modo de dar a la ciudadanía un espacio para que participe en actividades culturales y recreativas, sería escogiendo cada año 18 colonias que celebrarían, en diferentes turnos, cada 20 días (en concordancia con el calendario civil mexica) la fiesta de las flores, o mejor aún, de una flor en particular (sea la flor del año, del mes, de la colonia, etc), con el objetivo de inculcar al citadino mayor creatividad y conocimiento.

se podría hacer una variedad de cosas con las flores: desde dar forma a una representación florida de lo más característico del mes, del mundo o de la colonia, hasta representar eventos jocosos de la actualidad política, personajes celebres o simplemente el símbolo del mes y/o su(s) dios(es). el chiste es que recuperemos la costumbre de ornamentar nuestra vida con flores--es una tradición más contemplativa, ecológica y segura que la de recurrir a los fuegos artificiales.

si se organizaran bien estos eventos, las imágenes de la capital y de las colonias participantes podrían ser impulsadas y hasta reinvindicadas, la infraestructura social de los citadinos se aceitaría de un modo constructivo y con cotidianidad (sin necesidad de desastres naturales o servicio militar obligatio de por medio), un hueco en la psique del chilango sería llenado, y los habitantes de colonias estigmatizadas tendrían la oportunidad de sentirse redimidos y apreciados por los habitantes de otras colonias y hasta otras ciudades después de haber mostrado a través de originales arreglos florales qué respeto se tienen a sí mismos y cuánta belleza tienen para aportar a la ciudad y al país.

- al diablo con los cuchillos de mantequilla--obsidianas en el comedor de los pinos!!!

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