martes, 22 de enero de 2008

campañas de limpieza / barranca de huentitán 2

CONDICIONAMIENTO DE CAMPAÑAS DE LIMPIEZA

parece que en las grandes corporaciones se ven a los desperdicios etiquetados de estas como modos de mantener la presencia de su marca en el mercado. quizás hasta se llegue a pensar en esos círculos que el tener una de sus botellas o empaques flotando por el río o colgado de un arbusto sirve como anuncio subliminal. en cualquier caso, el hecho es que no ven los mismos productores o franquiciatarios a esta contaminación visual, ambiental, social y moral como una publicidad negativa de su marca o sus productos, pues si así fuera, ellos mismos organizarían "brigadas sabritas" o "brigadas coca cola" para descontaminar el ambiente recogiendo sus deshechos.

se tiene, pues, que los productores no internalizan el costo social, ecológico y hasta económico (pues la basura ahuyenta a los turistas, además de que daña irreversiblemente nuestros recursos naturales) que emana de la ubicuidad de los restos de sus productos una vez que estos han sido consumidos. están de testigos la barranca de huentitán y prácticamente todo sitio arqueológico y parque o reserva natural del país. quedan dos modos de "desdistorcionar" al mercado para que los costos antes mencionados sean asimilados por los productores de estos poluentes y pagados por sus irresponsables consumidores: el primero, utilizar nuestro poder de consumidores para castigar este abuso no comprando los productos de las compañías cuyas marcas vemos regados por nuestro suelo. el segundo, cobrar impuestos "verdes" a estas compañías para castigar su irresponsabilidad social, obligarlos a ponerse las pilas y a organizar así sus "brigadas de limpieza," además de compensar los daños a la sociedad y su ambiente.

visto que no sabemos usar nuestro poder de consumidores y que la sociedad civil no se organiza ni para recoger los deshechos de consumidores y productores irresponsables, ni para educar a estos sobre las ganancias agregadas y privadas que podrían tener estos si su comportamiento fuera social y ecológicamente más responsable, no queda otra alternativa inmediatamente viable más que acudir a la intervención del gobierno en calidad de "estado niñera" para proteger a nuestro ambiente de su descuido sistemático explotado por ciertas partes en el perjuicio de todos.

para esto tenemos una larga lista de medidas que se pueden discutir: quizás en este caso las más populares sean las que tomen como modelo al impuesto sobre el consumo de chicles en dublín -impuesto que compensa y neutraliza la distorsión del mercado que no toma en cuenta el costo social de fenómenos que están ligados al consumo de ciertos productos-; o a los impuestos de estados como vermont para fomentar el reciclaje y, en todo caso, para que la basura no se quede botada en áreas verdes o de esparcimiento; así como los incondicionales sistemas de intercambio de derechos de emisiones (cap and trade sys). a la burocracia le gustaría la primera medida, la segunda a ciudadanos de estratos más bajos, la tercera a los economistas. yo, en lo particular, me inclinaría por la primera medida en los casos de objetos de plástico y químicos que no se pueden reciclar, y la segunda en el resto de los casos más "suaves." la tercera medida está hecha a la medida de países desarrollados; cuando seamos uno me inclinaré por ella.

en adición a la aplicación de estas medidas, creo que se debería de encontrar un modo de cobrar directamente al productor un impuesto local "de castigo" o "compensatario" por cada 100 gramos de su basura recolectada en cada parque, reserva, sitio arqueológico y zona de esparcimiento en general. por más que lo pienso, no veo más que los obvios incentivos perversos y nada más que disfuncionalidad. en otra ocasión trataré de analizar las opciones para realizar esto porque los fines están directamente relacionados a conservar limpias a nuestras áreas verdes y de esparcimiento.

CAMPAÑA DE LIMPIEZA EN HUENTITÁN

un modo de comenzar con una campaña de limpieza en la barranca de huentitlán sería prohibiendo el ingreso de productos gatorade, sabritas, coca-cola y cuántos se encuentren en la barranca y el río en X volúmenes hasta que gatorade, sabritas, coca-cola y todas estas compañías no costeen por ellos mismos la limpieza de sus botellas y bolsitas en la barranca misma--solo podrían ingresar los productos de las compañías que tengan empleados en la barranca listos para recoger el chiquero marca coca-cola, sabritas, gatrorade o lo que sea que carguen los corredores.

estas corporaciones no saldrían perdiendo, pues podrían neutralizar los costos del empleo de sus "brigadas de limpieza" uniformando a sus empleados para que hicieran publicidad y proporcionándoles cubetas o mochilas con sus productos para que se vendan en la barranca. admitámoslo, esta publicidad y venta sería un mal menor, comparado con el status quo que incluye venta ambulante irregularizada y plástico con etiquetas por doquier.

se pensará que esta medida es una tontejada siendo que existen vendedores ambulantes dentro de la barranca que tienen puestos hasta de cannabis. sin embargo, una medida al respecto contemplaría hacerse de la vista gorda cuando los vendedores ambulantes entren con barriles de agua o hasta de gatorade para ser suministrados en jarros de barro u otras artesanías de mayor valor estético y cultural, y de menor daño al ambiente.

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