domingo, 20 de enero de 2008

inclusividad mediática en publicidad política

ah, que estos politiquillos! cómo les gusta andar regulándonos sin pedirnos que les ordenemos el jacalito a cambio. yo insisto en que ese 90% de los políticos de los que galbraith hablaba hace de la industria de la política la más dañina al ambiente, a la moral y a la bilis nacional. sus ejemplos, sus grillas, sus abusos, su "responsabilidad social" o "ambiental," sus negligencias e ineptitudes, su propaganda (nuestra basura)--qué industria es menos regulada y más ubicua que la política?

hablemos un poco de esos poluentes morales, culturales y ambientales sin regulación relevante: los mensajes políticos.

nuestros impuestos se desperdician en publicidad racista, sexista, tonta, contaminante y autorreferente. nosotros como pueblo soberano deberíamos de poner condiciones al uso de nuestros fondos en lo que respecta a la publicidad de partidos, secretarías y poderes. damos a politiquillos y burócratas cheque en blanco para que nos intoxiquen a su gusto y discreción con su publicidad no-informante (pero-qué-contaminante!) sin pedir nada a cambio, ni imponer condiciones o castigar abusos.

se podría empezar regulando a la publicidad que nosotros financiamos -la mayor parte de las veces involuntariamente- dizque para informarnos de este modo:

- empezar por condicionar el uso de fondos públicos con fines publicitarios ("informativos") a la aparición de minorías culturales y étnicas en X puestos y por Y tiempo. lo mismo se diga de ciudadanos con capacidades diferentes.

yo no tengo por qué soportar que hacienda me quite mi dinero para que este se "invierta" en publicidad que acaba reenforzando el racismo, clasismo y sexismo mediáticos, ya de por si alarmantes, de este país. (no puedo distinguir entre un anuncio de budweiser y uno del partido verde--está claro que quienes aparecen en publicidad política son reclutas de los mismos castings racial y fisionómicamente cargados de las telenovelas).

hay que hacer en estos cinco años un esfuerzo por mejorar el inclusionismo mediático, al menos a traves de lo que pagamos como ciudadanos y de lo que tenemos todo el derecho de condicionar pues somos los patrocinadores y receptores, para abarcar no solo a cada una de las minorías indígenas del país y ciudadanos con cada una de las capacidades diferentes, sino también a afromexicanos, judíos, mexicanos de origen libanés, sudasiático y del asia tanto occidental como oriental, homosexuales, transexuales, etc.

un primer paso consistiría en abrir una página ciudadana y apartidista donde se clarificara cuánto recibió cada partido, secretaría o poder de la unión por concepto de publicidad; cuántos minutos al aire o kilómetros cuadrados de cartel contrató; cuánto volúmen o tiempo aire de esa publicidad incluyó cada una de las minorías antes mencionadas; qué se hizo con los carteles después de haber sido extraidos, si es que lo fueron, etc.

con una mayor inclusividad mediática en propaganda política todos saldríamos ganando:
las minorías se sentirían más representadas y mejor comprendidas, los ciudadanos nos sacudiríamos nuestros prejuicios negativos sobre minorías de las que estaríamos más informados, y los políticos harían algo políticamente correcto.

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